En 1968 se inició la tradición de La bajada de El Brujo desde la torre de la iglesia cada 13 de agosto para abrir las fiestas patronales. El Brujo comienza a descender desde la torre nada más realizar el txupinazo en una especie de carro mientras lanza caramelos a los presentes, y a la mitad del recorrido recita una poesía o una coplilla en honor a los nanclarinos. Siempre termina deseando a todos unas felices fiestas y gritando un ¡Viva Nanclares! ¡Gora Langraiz Oka!. Tras la bajada es tradicional acercarse a las txoznas y beber zurracapote que se reparte de forma gratuita. Durante las fiestas, también recorren las calles Inaxio, Tronchabuches, La Txata, Patxi y los tradicionales cabezudos, que ponen un toque de color y diversión.
Durante estos días se organizan actos de todo tipo que hacen que sean muchos los vecinos y visitantes que se reúnen en Nanclares por estas fechas.
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